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sábado, 12 de mayo de 2012

Dieta Manhattan, para perder peso

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El sueño de la mayoría de las personas es estar delgado comiendo lo que les gusta. Claro que no es posible atiborrarse de comida sin engordar, pero algunas opciones de planes de alimentación planteadas por nutricionistas, tienen más consideración por darse algunos gustos y no son tan estrictas.

La dieta Manhattan es uno de estos casos. Es que las neoyorquinas son las mujeres más delgadas de los Estados Unidos – país donde, por cierto, predomina el sobrepeso – y ello se debe a que controlan las porciones, hacen ejercicios y sin embargo, comen lo que les gusta, sin vivir el momento de la comida como un gran sacrificio.

Eileen Daspin es el nombre de la experta en nutrición, que escribió su libro “Dieta Manhattan: pierde peso mientras vives una vida fabulosa”, tras observar los hábitos de las neoyorquinas y los transformó en esta dieta, que asegura que se puede tomar como hábito de vida y como una manera de disfrutar y ser feliz, pero en un cuerpo delgado. Cabe aclarar que quizá no sea la mejor alternativa para quienes quieren perder peso, pero sí para quienes ya alcanzaron el número ideal en la báscula y desean mantenerlo.

Las mujeres en Manhattan están habituadas a las comidas rápidas: las hamburguesas, las porciones de pizza por un dólar, o los cupcakes. También al champagne, a los buenos restaurantes y a la buena vida en general. Sin embargo, su tasa de sobrepeso está bastante por debajo de la media nacional de 67%.

Para ello, Daspin estudió a un grupo de neoyorquinas delgadas durante algún tiempo, observando cómo vivían, y entendió que la clave es comer pocas cantidades, darse algún gusto, pero compensarlo con una mayoría de comidas bajas calorías, aunque agradables.

Es por ello que estas mujeres tratan de cocinar en casa siempre que pueden, y de incorporar algo sano en cada ocasión que sea posible. Otro tip a tener en cuenta es que en Nueva York es habitual que las personas caminen de aquí para allí a las apuradas, y esas caminatas ayudan a mantenerse en forma.

Otros consejos que se pueden enumerar incluyen: no pasar hambre, beber mucha agua y alguna copa de vino ocasionalmente, utilizar aceite de oliva, y si has de darte algún gusto dentro de las comidas rápidas, que sea un capuchino en vez de una hamburguesa.

Así, la dieta Manhattan propone algunos alimentos como sus pilares, entre los que se destacan los frutos secos, el jengibre, las proteínas animales magras (carnes rojas y blancas magras, pescados, soja y clara de huevo cocidas) aderezos para ensaladas Light, lácteos descremados, agave en reemplazo del azúcar y la miel, bocados de tofu helado, hamburguesas vegetarianas, frutas y verduras, cereales integrales sin azúcar y brownies de bajas calorías.

Con todos estos consejos, la conclusión es que se puede vivir sin recuperar el peso perdido, en tanto mantengas una buena rutina de ejercicios, comas lo que te gusta en pequeñas porciones, sacies tu apetito cada pocas horas pero siempre que puedas, hazlo con alimentos sanos, que deben ser la base de tu dieta.

 

Cirugía de mentón

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La mentoplastia o cirugía del mentón es una intervención quirúrgica que busca mejorar la proyección del mentón, obteniendo así una notable mejoría en el aspecto y la armonía del rostro.
Esta cirugía implica la incisión por dentro de la boca para crear un bolsillo que luego albergará la prótesis de silicona blanda que dará la forma estética buscada. Se trata de un procedimiento seguro que se realiza con anestesia local y su recuperación es relativamente rápida.

La prótesis que se usa es de silicona blanda y se la talla antes de la intervención dependiendo de las características del paciente. Se la fija bajo los tejidos del mentón y no requiere de cambios, se la usa de por vida, aunque si la persona lo desea se la puede retirar en cualquier momento.

La intervención dura aproximadamente una media hora y la recuperación inicial dura una semana.

Igualmente hay que tomar ciertos recaudos como ser:

  •   Puede haber una inflamación y dolor en la zona durante los primeros días
  •   No tiene que haber sangrado posterior a la cirugía
  •   Hay que llevar una dieta blanda durante una semana
  •   Es necesario colocarse hielo durante 20 minutos cada hora en el mentón durante un lapso de tres días.
  •   Los primeros días conviene guardar un reposo moderado en casa, no hacer esfuerzos y mantener la calma.
  •   No se tienen que quitar las cintas que el médico coloco en el mentón.
  •   No hay que exponerse al sol ni hacer ejercicios.
  •   El baño no es problema, siempre y cuando no se mojen las cintas ni la herida.
  •   Hay que tomar todos los medicamentos recomendados a horario para prevenir las infecciones.
  •   En caso de molestias, dolor intenso, calor o sensaciones extrañas en la herida hay que consultar de inmediato con el especialista.

La mentoplastia está recomendada para aquellas personas que tienen poco mentón o este está retraído hacia atrás. Gracias a la intervención el paciente puede mejorar notablemente su mandíbula y conseguir la imagen deseada, además el mentón definido da fortaleza a la personalidad y equilibrio armónico al rostro.
La mentoplastía se puede combinar con Rinoplastía o/y cirugía de la papada en caso de necesitarlo; es más, muchas veces el cirujano va a recomendar que además de la cirugía de mentón se realice alguna de estas otras dos intervenciones para conseguir mejores resultados.

También cuando una persona se hace una rinoplastia es común que a la vez se efectue la mentoplastia porque el tamaño del mentón es capaz de aumentar o disminuir el tamaño que se percibe de la nariz.

 

Ginecoestética con y sin cirugía

 

En la actualidad ya no resulta tan poco habitual que muchas mujeres se sometan a cirugías plásticas de la zona genital, por cuestiones funcionales o meramente estéticas. Es que en tiempos donde la sexualidad se vive más a pleno y sin las ataduras de épocas pasadas, existe la preocupación por lucir bien, también “allí abajo”.

Es por ello que la medicina ofrece distintos tratamientos de ginecoestética, algunos con intervenciones quirúrgicas y otros con tratamientos menos invasivos, en todos los casos con un alto nivel de conformidad en las pacientes.

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Entre las alternativas quirúrgicas, es oportuno repasar cuáles son. La vaginoplastía y perineoplastía tienden a utilizarse para revertir las secuelas de partos. La vaginoplastía devuelve elasticidad a los tejidos fláccidos de la vagina, al tiempo que reduce su diámetro y se le da soporte a los músculos. El periné es el área que va del ano a la vagina, que puede desgarrarse durante el parto o por la práctica de una episiotomía. Si no cicatrizó en forma adecuada, este procedimiento corrige el problema recortando exceso de tejido, lo que contribuye a darle más firmeza a la apertura vaginal. Ambos procedimientos – que suelen practicarse juntos –  previenen problemas de salud como prolapsos e incontinencias, que suelen aparecer con la menopausia.

También en quirófano se realiza la labioplastía, es decir, el recorte y modelado quirúrgico de los labios vaginales, cuando presentan hipertrofia (agrandamiento), son asimétricos o cuelgan. Se trata de un problema más común de lo que se cree, que trae mucha incomodidad a la mujer en sus relaciones íntimas, y también en la vida cotidiana (utilizar ropa ajustada, andar en bicicleta, etcétera). Es habitual – pero no es el único caso – realizar este procedimiento tras una gran pérdida de peso, en otras mujeres las asimetrías o los labios demasiado grandes se dan de forma congénita.

Otro procedimiento quirúrgico es la liposucción de labios y pubis, que se realiza en pacientes con algún grado de sobrepeso u obesidad que tienen demasiado tejido graso en esta zona, que puede persistir aún luego de bajar de peso.

Pero además, hay tratamientos mucho más sencillos, sin cirugía y que se realizan de manera ambulatoria, es decir que son prácticas en consultorio, con anestesia local o sin anestesia, que permiten reincorporarse a las tareas en el mismo día.

Entre esos procedimientos, encontramos la infiltración con ácido hialurónico del punto G – el mismo producto utilizado en el rostro para rellenar arrugas –. Ubicado a centímetros de la apertura vaginal, aumenta el placer femenino durante las relaciones sexuales.

El ácido hialurónico se utiliza también en los labios vaginales, para devolverles turgencia y buen aspecto en mujeres maduras o con hijos.

Si hay excesivo oscurecimiento de la piel de los genitales, lo que ocurre normalmente con el paso de los años, se pueden practicar blanqueamientos con ácidos suaves como el salicílico o el glicólico.

El más novedoso de todos los procedimientos es la infiltración de plasma rico en plaquetas. Se extrae de la sangre estéde la propia paciente, y aplicado en la mucosa vaginal, estimula la producción natural de colágeno, elastina y ácido hialurónico, con lo cual se evita la sequedad vaginal (muy frecuente en la menopausia), al tiempo que mejora el aspecto general de todos los tejidos genitales.

Como se explicaba al principio, las opciones son muchas y no sólo satisfacen una necesidad estética, sino que en muchos casos devuelve a la paciente la funcionalidad y el bienestar, especialmente para disfrutar plenamente su vida sexual.

 

Fuente tratamientosbelleza.com.ar

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