No es cuestión de contar calorías ni de pesar la comida en la báscula, pero sí de intentar comer de forma más ligera. Los nutricionistas no se cansan de repetirlo, siempre que se cubran las necesidades nutricionales, comer menos mejora la calidad de vida y ayuda a vivir más años.
Las cremas de verduras, los purés, las legumbres, etc, te quedarán igual de suaves si, en lugar de aceite, mantequilla, queso, añades a la cocción abundante cebolla. Según los expertos, seguir la eliminación de tóxicos, una tarea en la cual la depurativa cebolla es experta.
En lugar de patatas fritas, arroz salteado y demás, prueba a acompañar la carne y el pescado con unos tomates asados, condimentados con orégano o tomillo. Otra guarnición igual de ligera y apetecible es la escalivada. A diferencia del tomate al horno, las berenjenas y los pimientos asados pueden congelarse. Si preparas gran cantidad de una sola vez, tendrás una guarnición saludable siempre a mano.
El queso, sobre todo el curado, es una auténtica bomba calórica. El requesón, en cambio, es un derivado lácteo pobre en grasas y fácil de digerir. Resulta delicioso como base de montaditos, en salsas, hierbas aromáticas, con pepinos y ajos, en la ensalada, en bocadillos, en rellenos de crépes dulces o salados.
Imagen | saborgourmet
El aceite de oliva es uno de los alimentos estrella de la dieta Mediterránea. Su única pega es que engorda mucho, una cucharada sopera aporta 81 Kcal, lo mismo que un yogur entero azucarado. Si has decidido declararle la guerra a los kilos de más, consume aceite de oliva, pero no más de dos cucharadas al día. Como todos los aceites tienen las mismas calorías, lo mejor es optar por el de oliva virgen extra, es el más sabroso. Con menos cantidad, impregnarás tus platos con un sabor más intenso.
Para limitar la cantidad que utilizas para el pan, es buena idea introducir el aceite en un envase con pulverizador. Te quedará más jugoso, sí además, lo untas con tomate y le agregas lechuga y pepino en rodajas quedará delicioso.
Antes de añadir el aceite a la ensalada o a las verduras, mezcla, la cantidad que puedas utilizar en un bol con hierbas aromáticas, orégano, hierbabuena, o con hortalizas picadas, zanahoria, cebolla, ajo, tomate …
A la hora de cocinar, moja una servilleta de papel con unas gotas de aceite y pásala por la sartén. Si temes que el alimento se te vaya a pegar, prepáralo al vapor o al horno, en papillote, en envases de silicona, etc.
Imagen | antonuriarte
Consejos para una higiene alimentaria
Muchas veces hay que tener en cuenta la manipulación de los alimentos, porque puede traernos consecuencias y enfermedades inesperadas como virus. Por lo tanto lo mejor es prevenir y mantener una higiene alimentaria cuando se esté cocinando.
Las bacterias y estafilococos que pueden posarse sobre los alimentos son muchísimos y pueden llegar a afectar de gran manera la salud, provocando diarreas, dolor abdominal, vómitos o fiebre, generando severas intoxicaciones, sobre todo en época estival.
Por ello hay que extremar los cuidados para prevenir posibles intoxicaciones y la contaminación de los alimentos en el hogar, para ello hay que seguir unas normas básicas, porque mejor es prevenir que curar.
Cuidar la higiene personal. Sobre todo de nuestras manos cuando vamos a cocinar. Lavar perfectamente los alimentos. Darle los tiempos de cocción necesarios a todas las carnes que vayamos a emplear. No tener mucho tiempo guardados las latas de conservas abiertas y fijarse bien que no tengan abolladuras ni nada por el estilo y por supuesto la fecha de caducidad.
Evitar que anden moscas e insectos cerca de los alimentos y en la cocina. Cuidar la cadena del frío de tus comidas para que se conserven congeladas perfectamente. Si tienes dudas sobre el estado en que está el alimento que vas a consumir, mejor desecharlo. Si están en mal estado pueden traerte complicaciones.
Imagen | nutricion
Fuente centromujer.es
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